domingo, 13 de noviembre de 2011

Por Brunilde I. palacios Rivas y Antonio José Guevara. PERIODICO LA NEGRERA - CARACAS . -

SIN LA PARTICIPACIÓN DE LOS CREADORES DE LA CULTURA NEGRA, NO HUBIERA PATRIA BOLIVARIANA


Hemos sostenido que nos somos "afro-descendientes" desde hace algunas décadas porque hay demasiados indicios, razones jurídicas y elementos culturales e históricos para oponernos ante tal postura, en el que se hace necesario que nuestra historiografía sea revisada, y se reivindique el papel jugado por los creadores que poseen una tez negra, puesto que hasta el momento la historia ha sido contada solamente por los blanco criollos, los cuales han tratado de oscurecer nuestra participación en la gesta libertaria, sin darse cuenta que hay demasiadas presunciones que nos llevan a sostener que ese proceso de confrontación no sucedió como algunos letrados en el arte de la historia nos la cuentan, en el que se hace evidente que sin la participación de los creadores de la cultura negra, no existiera patria bolivariana y la situación fuera sido otra sin en otros momentos fueran llegado al poder[1], en que la forma de gobierno fuera respondido a los intereses de los diferentes actores que interactuaron dentro de esa realidad, en el que la presencia los venezolanos que poseen una tez negra fuera sido relevante y sería difícil que hoy estuviéramos discutiendo si somos o no afro-descendientes, puesto que tuviera en boga su desprecio por haber convertido la venta de humanos en un negocio y su caza en un oficio impío, degradante e inhumano en una acción vergonzosa donde no importaba nada, sino la consecución de los producto suntuarios europeos, demostrándose que sin su participación no se fuera dado el negocio negrero (que se ahondó con los árabes musulmanes, los mismo que hoy con la Unión Africana al entregar con su anuencia a los países incómodos africanos a los Imperios)[2]. Pero lo más importante de esa dinámica histórica en el que esos seres fueron tratados como subhumanos, lo cual conllevó a revestir el fortalecimiento de tal actitud, conllevando con el tiempo a que cambiara tal postura que fueron muy inteligentes, capaces de adaptarse a cualquiera medio geográfico y crear una cultura diferente a la africana, indígena y europea, pero que no se puede desprender de ninguna de ellas, porque dejaría de ser cultura negra, donde la presencia del que posee el mayor poder de fuego simbólico se hace manifiesto[3], en el que se demuestra que fortalecer la postura de que somos afro-descendientes implica negar que esos seres fueron sujetos creadores de cultura y reafirmar que no nos hemos librado de ese síntoma pos-esclavo que perdura en estos imaginarios, ya que en cada punto de vista en defensa de la africanidad, nos lleva a negar los avances obtenidos y la lucha de nuestra herencia histórica por ser reconocidos por los diferentes saberes del mundo.

Esperamos que estas pocas líneas sirvan para fortalecer el debate, lo cual debe llevar a profundizar las diferentes formas como se ha venido viendo la historiografía venezolana, la cual ha sido influida de acuerdo a los intereses de los grupos dominantes, en el que ha sido vulnerado el papel jugado por seres humanos que en condiciones infrahumanas, siempre buscaron que se les reconocieran como ciudadanos en los nuevos estados-nación que se estaban originado y es uno de los motivos que conllevó a que nuestra herencia histórica negociara su participación en el proceso que implicó la Independencia y que llevó a sus líderes a reconocer que los pueblos que se revestían de una piel negra eran fieros para el combate (Leer al Caudillo José Tomas Boves), para que vengan ahora[4] unos fingidos a exigirles al gobierno bolivariano que se le reconozca su descendencia africana, echando por tierra las incidencia de este proceso. Esto quiere decir que ya basta que quienes se han convertido en tratadista de la historiografía venezolana, no deben seguir haciéndose eco de los mismos prejuicios que en la época colonial existían contra quien no fuera blanco e ilustrado, ya que en sus diferentes análisis se quiere poner como argumento etno-céntrico la escritura, vejando otras formas de comunicación a ser asumida como herramienta para esclarecer el devenir histórico.

Esto representa que los desarraigados o esclavos, no solamente contaron con la oralidad como única herramienta para comunicarse entre sí y transmitir las ideas que promovían asonadas, en el que loshechos históricos deben buscarse en su propia dinámica y lógica abstracta[5], sino que además, tempranamente aprendieron sus diferentes aprendizajes, como sus idiomas, estudiaron a sus grande letrados, y algunos, ya había participados en conspiraciones por ser propiedad de quienes las llevaban a cabo, demostrándose que ya la idea de libertad se promovía dentro de sus medios.

Aunque la perspectiva histórica oficial quiere negar esta incidencia que tiene que ver con su proceso de aprendizaje y el papel jugado por nuestra herencia histórica, lo cierto es que los venezolanos que poseen una piel negra, los indígenas y los blancos llamados de “orilla” figuran reiteradamente como actores de primer orden en las confrontaciones bélicas y conspiraciones que se suceden en Venezuela desde fines del siglo XVIII y hasta bien entrado el siglo XIX. La feliz culminación del proceso independentista sólo pudo ser posible cuando los mantuanos incorporaron a su programa político las reivindicaciones fundamentales de los sectores que los conformaban[6].

En el período de crisis de la sociedad colonial hispana en América, afloraron las profundas contradicciones sociales que implicaban el sometimiento de los pueblos indígenas, de los esclavos africanos, de la población mestiza en general y de los blancos que no poseían poder económico (pequeños comerciantes, bodegueros, dependientes, agricultores medios, artesanos). La óptica oficial coloca a estos sectores sociales como incapaces de enarbolar objetivos particulares en sus rebeliones, las cuales son caracterizadas como reacción natural ante las duras condiciones de vida y de trabajo que existían durante la colonia[7].

No está de más recordar aquí la inhumana forma de dominación que constituía el desarraigo, donde estos ya habían tenido mesclas y provenían de los asientos negros que se encontraban en Haití, República Dominicana, Cuba, etc., capturados brutalmente por los mismo africanos y sometidos por los esclavistas europeos[8] desde ese momento y hasta su muerte, condición que transmitían a sus descendientes y es ingenuo sostener que nuestra raíces hay que buscarla en el continente africano, cuando por el contrario tiene su punto neurálgico en la forma como se conformó el sistema colonial en la América Hispana y Caribeña, en donde por lo menos unos diez millones de africanos fueron colocados como desarraigados y esclavos, donde estos tuvieron que adherirse a las pauta impuestas por el régimen colonial, en el que la esclavitud se convirtió en la mayor degradación a que puede ser sometida un ser humano, aplicada por sus propietarios como si fuera lo más normal.

Por ello, la Aristocracia comercial feudal europea que había logrado avances y logró almacenar grandes fortunas (acumulación originaria), mediante el negocio negrero implantado por el régimen primitivo africano a través de sus formas elementales religiosa, cometieron un verdadero genocidio contra los creadores de la cultura negra y no contra el continente africano, porque fueron ellos mismos quienes cazaban, vendía a los barcos negreros y les daban un trato impío, cruel e inhumanos a sus propios originarios.

Esto quiere decir, que hay buscar sus incidencias en el proceso que se instauró en nuestro país y en el Caribe, en el que cada grupo social luchó por llevar a cabo sus propios intereses, cada uno con percepciones diferentes, en el que para los creadores venezolanos que poseen una piel negra no tenían más opción, sino la buscar su reconocimiento como ciudadanos a partir de momento que se estaba dando en el segmento de tiempo que se da entre 1810-1811[9], en el que se concibió un nuevo orden social, de acuerdo a los intereses de los grupo que estaba irreconciliablemente enfrentado y en el que se hacía difícil reconocer el carácter autónomo de las luchas de los individuos que tenían un color diferente al de los blancos de orilla y los criollos[10]. Esto representa que los blancos criollos nunca consideraron que los negros y los pardos podrían formar parte de su proyecto republicano, en el que se puede dilucidar que su incorporación se dio por razones oportunistas, a pesar que se sabía que los creadores que poseían una piel negra se caracterizaban por ser bravíos en el combate y porque ya había internalizado que era necesario llevar a cabo la venganza contra los blancos propietarios, eliminación de las cargas tributarias que imponía el sistema colonial, y que afectaba también a los negros y por la eliminación de la esclavitud[11].

Imponer el principio de igualdad entre los sectores encontrados, entraba en contradicción con la opresión que ejercida por una minoría social (los blancos de orilla y los pardos) sobre la mayoría, y en la dominación de una ideología que tenía su fundamentos en el liberalismo, es por ello que se hacía difícil conciliar la libertad de los negros y la igualdad de los pardos, en el que ya se había comprendido que sus acciones no eran simples reacciones elementales ante las violencias del sistema esclavista, sino la intención manifiesta de construir un nuevo orden social basado en la igualdad y la libertad y en el que no se puede sostener que sus fundamentos teóricos no estaban contaminados por el referentes de las ideas del liberalismo burgués de las revoluciones norteamericana y francesa y en el que no tenía ningún peso significativo la cultura africana ya que sus diferentes cultura se dedicaron a cazarlos y venderlos a los barcos negreros y entregarlos a un mundo occidental desconocido en el que tuvieron que despojarse de lo africano y asumir una personalidad que los identificara con el nuevo espacio en construcción, donde era necesario aprender sus diferentes costumbres, idiomas, culturas, ordenamiento jurídico, etc., porque era el único referente con el cual tuvieron contacto[12], en que los blancos mantuanos eran los opresores más directos de los esclavos y del resto de sectores que conformaron la sociedad colonial.



[1] La conspiración de los negros de Caracas en 1831 demostró que existía en la población negra y mestiza un gran descontento por el rumbo que había tomado el país, en donde la brecha entre castas seguía tan abierta como en la época en que Boves había insurreccionado a media Venezuela. La envergadura de muchas conspiraciones quedó demostrada a través de la propaganda escrita realizada a favor de la misma, en donde se demuestra que los venezolanos que se caracterizan por poseer una tez negra ya habían alcanzado capacidad para llevar a cabo la publicación de carteles y realizar cualquier otro medio de comunicación que permitiera disuadir al enemigo.

[2] Eso los saben quienes quieren que se les reconozca su descendencia africana.

[3] Véase el caso de la Fiestas que responden al Candelario Católico, San Juan, san Antonio, San Benito, etc. Responde a la liturgia Católica y no a la africana. A los cuales los emborrachan, pero mientras estén dentro del templo esos post colonizados todavía le guardan respeto y responden a los patrones todavía de quien tienen el mayor poder de fuego simbólico. Pregunto ¿Por qué no los emborrachan dentro del Templo?.

[4] Aprovechándose de la revolución bolivariana porque aspiran unos curules en la Asamblea Nacional.

[5] Aunque la perspectiva histórica oficial ha colocado a toda la población no mantuana como carente de un proyecto propio de nación, distinto del enarbolado por los blancos criollos acaudalados durante el proceso de crisis de la sociedad colonial en Venezuela, lo cierto es que los venezolanos que poseen una piel negra, los indígenas, la población mestiza en general, y los blancos llamados de “orilla” figuran reiteradamente como actores de primer orden en las confrontaciones bélicas y conspiraciones que se suceden en Venezuela desde fines del siglo XVIII y hasta bien entrado el siglo XIX. La feliz culminación del proceso independentista sólo pudo ser posible cuando los mantuanos incorporaron a su programa político las reivindicaciones fundamentales de los sectores sociales que hoy podemos llamar “populares”.

[6] La independencia fue producto de una alianza de clases, en la cual hubo ciertamente un sector hegemónico, los mantuanos, el cual sin embargo se debilitó considerablemente en el mismo proceso de la guerra emancipadora, viéndose obligados por las circunstancias a compartir su antigua hegemonía colonial con los blancos de orilla y mestizos que adquirieron poder por su actuación como militares patriotas.

[7] Fue a partir de los Monagas que se decreta la abolición de la esclavitud, dándose este proceso por acuerdo gubernamental con el sector económico de la época, lo cual se convirtió en una jugada para enriquecer sus arcas y cambiar las nuevas formas de relación laboral, en vista que tuvieron los que poseen una tez negra arredrar las tierras para poder trabajarla y la mejor ganancia se la llevaba sus dueños.

[8] Los cuales los compraban a los africanos que sin ninguna consideración vieron en el intercambio un gran negocio para conseguir los productos del nuevo mundo. Y nos podemos entender que quienes en el país quieren que se les reconozca su descendencia africana tratan de invisibilizar y no reconocer como se dio este proceso.

[9] Se crea la República con la Primera Constitución de 1811, en el que un único sector que tenía proyecto de nación eran los blancos de orillas.

[10] Por ello, el movimiento militar encabezado por José Tomas Boves debe ser analizado con mucho cuidado como la reacción de los sectores oprimidos ante tres siglos de brutal explotación económica y abierta discriminación racial y social y su hazaña labor histórica fue mucho más allá de la defensa de los intereses españoles, que buscaba liquidar no solamente la población blanca, sino también los fundamentos del modo de producción feudal habían usufructuado los españoles en América, donde su acción triunfante de estaba desestructurando todas las relaciones sociales sobre las cuales se había basado la dominación y en este sentido, fueron pasados a cuchillo la población blanca que existía en el país (Venezuela), profanando incluso los templos religiosos en donde éstos buscaban refugio, demostrándose que tal actitud, sólo puede explicarse si se considera el salvajismo que estaba implícito en el propio régimen esclavista feudal colonial, donde la estrategia de aniquilar la población blanca era una especie de venganza que implementaban los negros por los siglos de opresión que habían sufrido desde el mismo momento de su captura como esclavos en tierras africanas, pudiéndose sostener que Boves llevaba a cabo su política de igualdad social, en el que los zambos, negros y otros de color, eran los que ocupaban los mejores cargos, las más altas jerarquías militares y políticas, lo cual conllevó a la perdida de la Segunda República. Boves murió en la batalla de Úrica, lo cual trajo desavenencias dentro de su ejército que al no contar con una directriz se fue desmantelando poco a poco, en el que se puede decir que es obvio que los acontecimientos de 1814 casi liquidan totalmente el proyecto independentista mantuano, y si eso hubiera ocurrido, la historia de nuestra independencia hubiese sido otra, donde los protagonistas fueran sido los creadores de la cultura negra y los pardos, en vista de que ya se había echado andar las bases del igualitarismo social, pues los blancos criollos nunca recuperaron totalmente el control durante el período colonial.

[11] Cuestión que era inaceptable porque de hecho implicaba trastocar profundamente el orden colonial, el poder de los grandes cacaos, y el aceptar el formular ideas políticas enfrentadas a las dominantes.

[12] La muerte prematura del caudillo Boves acabó con su movimiento libertario, pero sus efectos fueron devastadores para una clase mantuana que mantener todos los privilegios de los cuales gozaba durante el régimen colonial.

Luego de 1814, los mestizos y los negros se convirtieron en actores sociales de una gran relevancia, y no podían ser excluidos de los planes que se proponían conformar una nueva sociedad en territorio suramericano. En este sentido, la estrategia formulada por el libertador Simón Bolívar en los nuevos años venideros (1815-16) de incorporar a los esclavos, mestizos y blancos de orilla, se convirtió en su consecuencia más contundente que lo llevó a decreta la liberación de los esclavos en 1816, porque logro atraer El mérito de Bolívar consiste precisamente en haber logrado incorporar a los mestizos y a los propios esclavos.

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