Por - Héctor Agüero
El pasado viernes 11 de mayo,
a las diez de la noche, el Presidente de la República arribó al aeropuerto
Internacional Simón Bolívar de Maiquetía. Bajó la escalera mecánica, pronunció
una alocución dirigida a las venezolanas y a los venezolanos, pasó revistaen compañía del Vicepresidente Elías Jaua y del Alto
Mando Militar a los efectivos de
tropa de la Fuerza Armada Bolivariana presentes en la Rampa N° 4 y luego prosiguió viaje hacia Caracas.
Una vez más el líder indiscutible del proceso revolucionario
bolivariano había vencido a sus detractores.
Durante los últimos días los laboratorios de guerra sucia del
majunchismo se dedicaron a propalar los rumores más descabellados acerca de la
salud del Camarada Presidente. Doctos expertos en medicina adeca, copeyana y cuartorrepublicanos,
chimbos todos, exponían con lujos de detalles y grandilocuencia propia de los
charlatanes sus elucubraciones. Ese viernes el paroxismo de los desesperados
opositores llegó a extremos de caricatura bajo una lluvia pertinaz que cayó en el Distrito Capital, aunado al hecho de ser quincena y víspera del dia de las Madres.
Este apocalipsis mediático y
artificialse esfumó con la presencia y el tono mesurado y equilibrado del
mensaje del Jefe de Estado quien informó al país acerca de la positiva
evolución del tratamiento médico que recibe en la hermana isla de Cuba y se
dirigió a los sectores sensatos de la
oposición; “ hago un llamado a los sectores racionales de la oposición a que respeten
la Constitución, a que respeten las Leyes, a que respeten a sus propios
militantes, a que detengan el majunchismo desesperado”, dijo el comandante
Chávez Frías haciendo hincapié en que afortunadamente los grupos
desestabilizadores constituyen una minoría pero que cuentan con recursos
económicos y políticos poderosos.
Es indudable que el incoloro candidato de los ricos ha sido
secuestrado por la ultraderecha rabiosa y belicosa. El reciente viaje a Bogotá de
este personaje junto a gente cercana a la secta neonazi, Tradición Familia y
Propiedad para buscar el padrinazgo y el financiamiento de Uribe El Pacificador
presagia una campaña electoral violenta.
La derecha busca el auxilio
foráneo para armar todas las trampas posiblescon el propósito de provocar al
movimiento revolucionario. Los compinches neogranadinos del candidato majunche
son conocidos por haber violentado la legalidad de la hermana república durante
mucho tiempo y están acostumbrados al sicariato, al empleo de la fuerza. No
razonan. El perfil de Alvaro Uribe es inquietante. Sus vínculos con el
narcotráfico, los paramilitares, los falsos positivos, y otras atrocidades son
hechos que nadie puede negar y son del dominio público. Basta saber que más del
50 por ciento del anterior Congreso de la República de Colombia, el uribismo
más puro, se encuentra tras las rejas por acusaciones judiciales en la llamada
Parapolítica Colombiana, que tuvo como eje principal el llamado Acuerdo de
Ralito donde el Partido de la U (Uribe) negoció la entrega de los paramilitares
en condiciones tan escandalosos que a finales de cuenta resultó una farsa y una
burla a las víctimas de sus monstruosidades. Todo quedó igual.
Esa es la gente que la ultraderecha sueña como aliados para oprimir
a Venezuela. Esa gente solo conoce la violencia como instrumento de lucha. Son
salvajes, despiadados y están cargados de odio contra todo lo que sea Pueblo,
Soberanía y Patria. Tanto allá como aquí.
Razón tiene el Camarada Hugo Chávez cuando lanza la alerta: “No les
perdamos de vista”. Ojo con estos grupos desesperados, con rabia oligárquica
porque el candidato del pueblo, el líder indiscutible de los venezolanos, lo
aplasta no solo en las encuestas sino también en la simpatía popular.
Ojo pelao.
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