Desarmado no se puede
En 1981 asesinaron al General Omar Torrijos, presidente de Panamá. En 1973 provocaron el sacrificio de Salvador Allende en Chile. En 1991 la entonces administración norteamericana derrocó al presidente haitiano Jean Beltrán Aristí, luego fue secuestrado y “deportado” a Sudáfrica, en febrero del 2004. En 2002 derrocaron y secuestraron al Comandante Chávez, por 49 horas, rescatado por su pueblo, el 13 de abril. El 11 de septiembre del 2008 atenta contra el gobierno pluricultural de Bolivia, intentado dividirla y tumbar al presidente Evo Morales. Fernando Lugo, en Paragüay, es neutralizado con un parlamento servil de oligarcas apátridas. En Honduras, el 28 de Junio de 2009, consuman un golpe militar fascista en las tierras de Morazán, contra Manuel Zelaya, dirigido desde la base militar yanki de Palmerola, es secuestrado y expulsado del país. Insofacto fue “juramentado” Roberto Micheletti para “legalizar” la asonada con el beneplácito de la mayoría parlamentaria y gringo. Esta semana, con la escusa de una lucha reivindicativa, la fuerza policial de Quito, liderizada por la ultra derecha golpista, intenta un golpe de Estado contra Rafael Correa, secuestrando al digno Presidente del Ecuador y UNASUR. E.E.U.U. “… sigue con atención los hechos…, no tienen información”, y caya. Por supuesto, la oligarquía fascista venezolana “hace fiestas” en las redes sociales e internet.
En Venezuela, a días del avance bolivariano en las recientes elecciones, el Comandante Chávez y su pueblo, tenemos claro el grado e intensidad del conflicto continuo entre la burguesía parásita, que se aferra desaforada a privilegios de opresión que se les esfuman; y las esperanzas, aspiraciones y avances de un pueblo libertario que impulsa la construcción de una nueva legalidad popular, por ello ha reiterado: “…Salvador Allende, trató de hacer una revolución pacífica y desarmada. Eso no se puede hacer. Nuestra revolución es pacífica pero también es armada y si la burguesía arremetiera de nuevo con las armas, nosotros sacaríamos también nuestras armas, que no lo olviden”.
El 26-s refrendamos nuestra DIGNIDAD de pueblo bolivariano en paz. Ecuador nos ratifica la necesidad de un pueblo organizado, movilizado e ideologizado, con la unidad cívico-militar, como garantía de la revolución.
Movilización y solidaridad activa con el presidente Rafael Correa, es la orden de combate hoy.
¡Patria socialista, o muerte!
¡Venceremos!
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