jueves, 22 de abril de 2010

ANTONIA MUÑOZ ............................... P.S.U.V.


Guerrilla comunicacional para

librar la batalla de las ideas





La oposición venezolana es como la muerte, siempre buscando un achaque, siempre buscando un pretexto. El último pretexto que le cayó como anillo al dedo a la oposición, fue el nombre "guerrilla" en el proyecto comunicacional piloto que comenzó la semana pasada la revolución bolivariana en tres liceos caraqueños. Se trata de equipos de jóvenes, los cuales serán entrenados "en la interpretación crítica y responsable de los mensajes de los Medios de Comunicación Social públicos y privados..." tal cual lo establece el artículo 6 literal c de la Ley Orgánica de Educación (LOE). Los precitados equipos de jóvenes se convertirán en multiplicadores dentro y fuera de sus instituciones. Esto tiene que ser así, porque estamos convencidos que Bolívar tenía razón cuando el 15 de febrero de 1819 le expresó a los asistentes al Congreso de Angostura que "nos han dominado más por el engaño que por la fuerza". A través de medias verdades sacadas con pinzas y colocadas fuera de contexto, que por supuesto se convierten en calumnias, los imperios y sus compinches han dominado a nuestros pueblos por siglos. Por eso, necesitamos que los venezolanos desde muy jóvenes entiendan que no todo lo que aparece en los medios es "palabra santa", y que por lo tanto, deben aprender a buscar la verdad en un basural de mentiras.


El nombre del proyecto guerrilla comunicacional fue suficiente para que la oposición achacosa y desesperada comenzara una arremetida de manipulaciones, con la misma intención de siempre: envenenar y asustar a la población con tergiversaciones y mentiras que son sus armas preferidas, actividad que la oposición y la contrarevolución venezolana utilizan a las mil maravillas. De esta manera le hacen el mandado al imperio norteamericano, que no logra creer y que no puede aceptar que algunos países de su patio trasero se hayan salido de su redil, y tengan la osadía de pensar, reaccionar y sacudirse el yugo ideológico de tantos años.

Ya la oposición comenzó a decir que el gobierno pretende que nuestros muchachos se hagan guerrilleros. Por supuesto que están pregonando que el proyecto es violatorio de la Constitución y de la LOE. A la LOPNA la tienen más que manoseada. Se han vuelto ultra - contra querendones y defensores de los niños y niñas de Venezuela. ¡Hipócritas! ¿Por qué no emprenden esa campaña mediática en defensa de nuestros niños, niñas y adolescentes ante tanta violencia física y verbal en muchos medios, ante la exaltación de la lujuria sexual, brujería y satanismo, entre otras basuras mediáticas a la que tienen acceso nuestros muchachos a través de novelas, programas ideotizantes transmitidos en televisoras nacionales e internacionales, así como a través de Internet.

El proyecto comunicacional cuyo nombre alborotó el avispero calumniador de la oposición, no viola para nada la LOPNA, porque el artículo 69 de esta ley, está referido a la Educación Crítica para Medios de Comunicación, y establece que: El Estado debe garantizar a todos los niños y adolescentes educación dirigida a prepararlos y formarlos para recibir, buscar, utilizar y seleccionar apropiadamente la información adecuada a su desarrollo. Lo anterior está en consonancia con el artículo 58 de la CRBV que señala: La comunicación es libre y plural...Toda persona tiene derecho a la información oportuna, veraz e imparcial...Los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir información adecuada para su desarrollo integral. En conclusión, contra la guerra mediática o guerra de cuarta generación, la única respuesta práctica es "aceitar" la artillería del pensamiento, para reforzar la batalla de las ideas con una guerrilla comunicacional con un pelotón juvenil al frente: Un pueblo consciente es la única muralla de contención contra el envenenamiento mediático de los esclavizadores de los pueblos. A eso le tienen miedo.

Contra la guerra mediática: Artillería del Pensamiento

Bolívar, siempre Bolívar. Quien más que él para ilustrarnos sobre el valor de la opinión pública en la permanencia y crecimiento de la revolución bolivariana en la mente y en el corazón de los venezolanos. Así no los dijo El Libertador en su discurso pronunciado ante el Consejo de Estado en Angostura el 1° de noviembre de 1817: la primera de todas las fuerzas es la opinión pública. "Para Bolívar no había una fuerza superior a la voluntad del pueblo", por eso, con sus prédicas y sus acciones trabajó para lograr que la mayoría del pueblo compartiera y apoyara las ideas independentistas. Nada hay que pueda detenernos si el pueblo nos ama, expresó Bolívar en una comunicación dirigida a Francisco Antonio Zea en 1819.

Precisamente, esa es la clave de todo. Si el pueblo nos ama. Por eso el imperio a través de sus sirvientes y utilizando como punta de lanza los medios de comunicación aliados, sin descanso, hace y hará todo lo inimaginable para sacar al proceso bolivariano y a su líder del corazón del pueblo venezolano. Por eso, todas y todos los comprometidos con este proceso de cambios, cualquiera que sea la trinchera en que nos toque combatir día a día, debemos hacer lo posible y lo imposible por dar ejemplo de respeto, tolerancia y reconocimiento a nuestro prójimo, de solidaridad, honradez, apego a la verdad, desprendimiento en nuestro quehacer revolucionario, trabajo tesonero y eficiente... Perfectos no seremos jamás, simplemente porque todo lo humano es imperfecto, aunque perfectible. Sin embargo, debemos mantener coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos, so pena de que el pueblo nos saque de su corazón.

El único antídoto contra la guerra mediática, a veces soterrada, a veces abierta, es elevar el nivel de conocimiento y de conciencia política del pueblo, para que entienda cómo es que actúa el imperio, entienda cuales son sus armas letales. Para que el pueblo desde joven entienda que las armas letales del imperio no siempre son las usadas para invadir y causar muerte. Antes de invadirnos y producir muertes físicas, todos los días le disparan a nuestras mentes a través de mentiras dirigidas a debilitar o confundir la conciencia colectiva. En este sentido, nunca debemos olvidar que esta era la táctica de Goebble, el "encantador de serpientes" que se constituyó en el gran mago de la comunicación de Adolfo Hitler. El habilidoso comunicador, que de tanto repetir sus mentiras muchos las llegaron a considerar verdad, fue en buena parte responsable que tantos incautos le siguieran y hasta justificaran las atrocidades que ese desquiciado alemán cometió. De allí salió aquello que" una mentira repetida mil veces se convierte en verdad". Por eso contra la guerra de cuarta generación del imperio, intensificaremos la batalla de las ideas, esta vez con énfasis en las tiernas y maleables mentes de nuestra generación de relevo.

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