Después de la reunión del llamado G20, realizada en Seúl este pasado 11 y 12 de noviembre, queda evidenciado que elementos componentes de la crisis global capitalista permanecen nítidamente e incluso reforzándose la naturaleza especulativa en el campo financiero y monetario que le dio origen a la recesión mas grave que padece el orden capitalista desde la gran depresión de los años treinta del siglo XX.
No solo se trata del fracaso de esa reunión para atemperar lo que aparece como noticioso, la “guerra de divisas”. Al quitar el telón que la cubre aparecen las dimensiones y fatalidades de la actual crisis del capital mundial. Ciertamente, el G20 fracasa en concertar un programa de acción concreto en lo relativo a los desequilibrios pronunciados del comercio mundial, principalmente entre los países industrializados. De hecho, la propuesta Norteamericana, en el FMI y en el G20, de limitar los déficit o superávit de cuenta corriente en 4% del PIB hacia 2015 para acabar con desequilibrios globales, no fue aceptada. Igual naufraga lo concerniente a acuerdos precisos que eviten la competencia indiscriminada sobre la base de la manipulación cambiaria o “devaluaciones competitivas” que eleven las tasas de cambio relativas a favor de unos y en detrimento de otros en lo que a exportaciones e importaciones se refiere.
Lo que viene para el capitalismo puede ser sombrío. Los EEUU no se detendrán en la aplicación de su política monetaria expansiva. El programa de la Reserva Federal (FED) de emitir 600 mil millones de dólares entre 2010 y 2011 seguirá adelante a pesar del reclamo universal.
¿Que explica en rigor esta arriesgada política? Sin ninguna duda el epicentro esta en la crisis del capitalismo financiero norteamericano que condujo al estallido de la recesión en 2008. La economía de EEUU si bien muestra un PIB positivo (producción) esta muy por debajo de la tasa esperada ya que el empleo no se recupera (sigue entorno al 10%) y el crédito también esta relantizado. En esta economía donde el consumo es vital se avizora obstáculos para crecer al nivel anterior al crack financiero. Adiciónense que según reportes oficiales esta previsto el desalojo de siete millones de viviendas, hecho que refuerza la caída del sector inmobiliario.
El modesto crecimiento del PIB Norteamericano esta sostenido, en consecuencia, por el gasto y los subsidios del Estado lo que ha llevado el déficit fiscal de EEUU a cerca de dos billones de dólares, su deuda publica a 14 billones de dólares (semejante al 100% de su PIB) y el balance de la FED (emisión monetaria) sube de 0,3 billones de dólares a 2.1 billones de dólares desde el inicio de la crisis, sin sumarle la ultima operación que comentamos.
¿Que busca la FED con su “relajamiento cuantitativo”? Opta por inyectar liquidez en el sistema para provocar una caída en el precio de su moneda. Es una maniobra monetaria que permite colocar en circulación más dólares para darle un impulso a la quebrantada economía de EEUU. Conocido es que la creación excesiva de dinero es una manipulación indirecta del tipo de cambio. Al devaluar al dólar busca afanosamente favorecer las exportaciones Norteamericanas como elemento decisivo para crecer y salir de la actual crisis. No les importa los efectos o consecuencias para la economía mundial al producir una apreciación continua de monedas como
el Euro y el Yen, introduciendo el riesgo de deflación, encareciendo la deuda pública de Europa y Japón y, lo que les es más caro: reduciendo sus exportaciones. De hecho, el dólar esta en su nivel mas bajo en los últimos 15 años contra el Yen y en 10 meses contra el Euro. Esto es valido para las economías asiáticas.
La política monetaria agresiva de la FED apunta a las economías superavitarias como China, Alemania y Japón. Por ello el G20 naufraga, el resto del capitalismo mundial y china se defienden. Economías emergentes como Brasil, Corea del Sur, India, Tailandia, Taiwán comienzan a recibir una ola de dólares especulativos que anidan en sus sistemas bursátiles y no como inversión directa productiva, lo que les obliga a protegerse, tal como lo anuncio Brasil, con impuestos sobre compra extranjera de títulos nacionales, evitando con ello la apreciación de la moneda nacional, el real. Estos países saben que un simple movimiento de la actual tasa de interés en EEUU convertiría a esos dólares en capitales golondrinas que regresan a su nido. Burbuja que puede estallar en tres o cuatro años sobre el supuesto del crecimiento del PIB y presiones inflacionarias en el norte.
En definitiva, el gobierno y la FED de EEUU cabalgando sobre la crisis mundial pretenden recuperar su economía acrecentando su comercio exterior. La primera potencia capitalista para salir de su crisis más aguda originada en la grotesca especulación de su “industria” financiera, recurre a la misma medicina: especulación y manipulación monetaria. Esta política le sirve a sus grandes bancos y corporaciones ya que significaran acceso a un crédito prácticamente gratuito y nutrirá las ganancias en Wall street. Seguirán intentando diferir la bancarrota emitiendo dólares para rescatar los activos incobrables de los bancos, su círculo vicioso.
Una vuelta al proteccionismo y a una verdadera “guerra de divisas” esta servida. La salida a la crisis presente se aleja en el horizonte. EEUU no tiene ya el liderazgo para arrodillar a sus socios y a la vez adversarios. Capitalismo al fin de cuentas.
Sin duda lo que viene para la economía mundial y sus trabajadores puede ser sombrío a pesar del espejismo de la ola de dólares.