Y no podía ser de otra manera, mientras los grandes empresarios y la oligarquía económica y financiera del país, junto a la mafia del Fondo Monetario Internacional se ríen a boca batiente del pueblo español, el Partido Socialista “Obrero” Español y su gobierno encabezado por José Luis Rodríguez Zapatero, terminaron finalmente por someterse y arrodillarse ante la UE y el FMI.
Una vez más la crisis generadas por los inversionistas y especuladores del sistema capitalista español o de cualquier otro lugar del mundo, han logrado doblarle la mano a aquellos que se dicen “socialistas”, pero que gobiernan bajo los dictados del FMI, el Banco Mundial y las políticas económicas ultra neoliberales del sistema capitalista mundial, para favorecer a la clase económicamente dominante de sus países.
El PSOE y el gobierno de Zapatero, junto a los grandes empresarios del sector manufacturero y las mafias financieras locales, tienen a España con una cifra oficial del 20,6 % de desempleados y con una deuda pública del 11,2%, deuda además que crece gradualmente, debido a los dineros fiscales que se han invertido para salvar a los empresarios y al sistema bancario y financiero del país.
El paquete de medidas draconianas tomadas por el gobierno de Zapatero y el FMI, apuntan a que el sacrificio de la recuperación económica tienen que pagarlo finalmente los de siempre, vale decir los estratos sociales con menor poder adquisitivo del país, y que son la gran mayoría.
La prensa española destaca que el paquete de medidas significara una reducción paulatina de empleados del sector público, una rebaja y congelación de salarios. Se indica además la suspensión para 2011 de la revalorización de las pensiones, excluyendo a las no contributivas y las pensiones mínimas y la eliminación del régimen transitorio para la jubilación parcial. También se destaca que los hogares se verán afectados con la eliminación del llamado "cheque bebé" a partir del 1 de enero de 2011.
Las exigencias de los sostenedores del capitalismo en la Unión Europea y desde el FMI, le han exigido a España medidas económicas que no se diferencia mucho de las exigidas a Grecia y otros países que forman parte del espacio europeo. Lo que en realidad se privilegia y se busca es que el sistema financiero del capitalismo no colapse definitivamente, al costo del empeoramiento de las condiciones de vida de los pueblos europeos.
Las medidas exigidas por los sostenedores del capitalismo europeo (UE) no garantizan por si misma, que se vaya a producir la anhelada estabilidad y recuperación económica de los países que han sido duramente golpeados por la crisis de sus capitales especuladores.
Los medios de prensa de la península ibérica destacan además que al llamado sector progresistas del PSOE no le ha gustado para nada que sean "los funcionarios, los pensionistas y las madres" quienes tengan que pagar "las veleidades" del mercado. Pero estas declaraciones no pasan de ser de buena retórica, pues la realidad que tiene que vivir el común de los españoles en su día a día, es mucho más duro que las palabras de buena crianza.
Mientras tanto la postura de las dos centrales obrera más importantes, CC.OO. y UGT, su posición no pasa más allá de expresar unas cuantas declaraciones tibias de criticas hacia el gobierno, que no interpretan el sentir del conjunto de la clase trabajadora española, que viene pidiendo a gritos la huelga general contra las medidas antipopulares de la UE, el PSOE, su gobierno y el FMI.
Las medidas del gobierno rompen además con el acuerdo al que Gobierno y sindicatos llegaron en septiembre de 2009 y que suponía una subida salarial paupérrima del 0,3% para el presente año, revisable con el IPC.
Ahora el llamado a huelga general de UGT y CC.OO es tardío y solo busca neutralizar y apaciguar la rabia de los trabajadores públicos, a favor del paquete de medidas de los sostenedores del capital.
Cayo Lara, coordinador general de Izquierda Unida ha manifestado a los medios de prensa locales que en su opinión las “medidas tienen que ver con que "el poder financiero internacional que ha puesto de rodillas a los Estados" y ahora "propone más sufrimiento para los trabajadores".
Mientras tanto el Partido Comunista de España rechaza el recorte de derechos sociales planteado por el Gobierno porque supone una "agresión sin precedentes" a los intereses de los trabajadores y llama a una gran movilización general. En un comunicado difundido ha propósito del paquete de medidas neoliberales, el PCE critica al Gobierno porque no plantea ninguna propuesta que afecte a los "verdaderos causantes de la crisis, que son la banca y las grandes empresas", y no toma medidas contra el fraude fiscal, la eliminación de los paraísos fiscales, el recorte de los grandes salarios y el control de los elevados beneficios de la banca.
De allí que el deterioro de las condiciones de vida del pueblo español es inminente y no descarta que la rabia de la clase trabajadora terminen por sobrepasar a las actuales directivas de las centrales obreras que suelen negociar con el gobierno y los empresarios, a espaldas de lo que piensa la gran masa laboral española.
Pero no solo eso, los sostenedores del capitalismo europeo como americano, vale decir Ángela Merkel y el decepcionante y alicaído Barack Obama y otros líderes de centro derecha europeos, han aplaudido a rabiar las medidas en beneficio de los capitales. Medidas que son toda un provocación a la clase trabajadora y los estratos sociales con menor poder adquisitivo de los países europeos. Los representantes de los capitales en los gobiernos europeos están apretando fuerte el acelerador de medidas y ver así hasta donde pueden llegar con su política de sometimiento económico de los pueblos europeos.
Y como no se podía esperar otra cosa, pues ellos saben muy bien lo que tienen que hacer en estos casos, el representante de la patronal española (CEOE), el cuestionado Gerardo Díaz Ferrán, también ha aplaudido con furor las medidas draconianas del gobierno “socialista”, pero las ha considerado insuficientes. Además ha propuesto la reducción de la ayuda a los países en “vías de desarrollo”, ha sugerido terminar con las subvenciones a determinados servicios públicos y la entrega de otros servicios a la voracidad de los capitales privados. Pero en ninguna parte de su exposición ante el presidente Zapatero planteo que la clase económicamente dominante del país, los grandes empresarios y la oligarquía más rica, debieran sacrificar parte de su riqueza en aras del bien común, eso no estuvo en la agenda del representante de los capitales españoles.
Mientras tanto el líder del franquismo y la derecha española, Mariano Rajoy (PP), cuenta con un paquete de medidas aún más a la extrema derecha que los socialistas, pues ellos apuestan por una reducción completa de las diversas entidades del aparato del Estado, privatizar todo lo que haya que privatizar, además de la reducción de los subsidios a los sindicatos y partidos políticos.
Y mientras continua profundizándose la crisis europea, cabe tomar las palabras de Martine Aubry, primera secretaria del Partido Socialista francés vertidas para medios de prensa españoles cuando expresa que “da la impresión de que para salvar a los pueblos, como en el caso griego, nadie es capaz de ponerse de acuerdo. Pero cuando peligran las bolsas y los mercados, sí”.
Así parece ser, pues las fuerzas progresistas, humanistas y de izquierda europeas y de otros lugares del mundo, se encuentran divididas, atomizadas, neutralizadas, reducidas a su minima expresión, sin capacidad de agitación y sin propuestas o alternativas claras ante la clase trabajadora y los pueblos mientras que los capitales en crisis y sus representantes siguen con sus embestidas contra los pueblos del mundo.
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